La descripción
de las islas transmitida en Le Canarien (texto G. 62 a 69) tiene un gran valor
en cuanto al conocimiento de las características naturales de las islas
anteriores a la colonización europea moderna.
-El Hierro: "Y el país es alto y bastante
llano, lleno de grandes bosques de pinos y de laureles, tan gruesos y tan altos
que maravilla [...] Y hay muchos otros árboles que llevan varios frutos; y hay
halcones, gavilanes, alondras y codornices en gran cantidad, y una clase de
pájaros que tienen plumas de faisán y el tamaño de un loro y tienen una cresta
sobre la cabeza como un pavo real y vuelan muy poco. Las aguas son buenas y hay
grandes cantidades de animales, a saber, cerdos, cabras y ovejas. Y se encuentran
lagartos grandes como un gato, pero no hacen ningún daño y no tienen ningún
veneno."
-La Palma: "es muy alta y muy fuerte,
llena de grandes bosques de diferentes condiciones, como de pinos, de dragos
que producen la sangre de drago y de otros árboles que proporcionan leche de
gran provecho médico y hojas de diferentes clases. Y por en medio corre un gran
río, y las tierras son muy buenas para toda clase de trabajos y muy ricas en
pastos."
-La Gomera: "Y el país es muy alto y
bastante llano, pero los barrancos son terriblemente grandes y profundos [...]
El país está lleno de dragos y de otros árboles en gran cantidad, y de mucho
ganado y de muchas otras cosas muy curiosas, que sería demasiado largo
escribirlas"
-Tenerife: "Y en su centro hay una gran
montaña, la más alta que haya en todas las Islas Canarias. Y se extienden la
vertientes de la montaña por todos lados en la mayor parte de toda la isla; y
en su alrededor hay grandes barrancos llenos de grandes bosques y con hermosos
manantiales de agua corriente, con dragos y con muchos otros árboles de
diversas maneras y de diversas condiciones."
-Gran Canaria: "es la más célebre entre todas las islas; y sus montañas son grandes y
maravillosas por el lado Sur, y hacia el Norte es país hermoso, llano y bueno
para cualquier cultivo. Es un país lleno de grandes bosques de pinos y de
abetos, de dragos, de olivos, de higueras y de palmas que producen dátiles y de
muchos otros árboles que producen varios frutos de varias medicinas [...] y
unos perros salvajes que parecen lobos, pero son más pequeños.
-Fuerteventura: "El país no es tan lleno de grandes bosques, como las islas mencionadas
más arriba, sino sólo de árboles pequeños, que producen leche muy medicinal, en
forma de bálsamo, en todo el país, y de otros árboles muchos, que producen
dátiles y aceitunas, almáciga y otras cosa raras [...] Las fuentes son
hermosas, vivas y corrientes; y en 4 o 5 puntos se podrían hacer molinos de
agua para moler. El país está lleno de llanos y de montañas que se pueden ir
cabalgando por todas partes, menos en alguna montaña que está formada de
grandes riscos [...] El país es muy rico en pajaritos, en garzas, en avutardas,
en pájaros de río de plumaje diferente de los de nuestras partes, en grandes
palomos con la cola armiñada de blanco, y en palomas de palomar, tantas que
parece mentira, pero los halcones las destruyen todas; en codornices, en
alondras, en otros pájaros que son blancos y grandes como un ganso, y van
siempre en medio de las gentes y no dejan ninguna suciedad."
-Lanzarote: "El país es hermoso y llano.
No hay ningún árbol, sino pequeños matorrales para quemar, salvo una clase de
leña que se llaman higuieres, de las cuales todo el país está lleno, de un
extremo al otro, que produce leche medicinal y no puede arder de ninguna
manera, hasta que esté seca y podrida, y tarda muy largo tiempo antes de secar.
Hay gran cantidad de fuentes y de cisternas, de pastos y de buenas tierras para
cultivos, y crece gran cantidad de cebada, de que se hace muy buen pan. El país
abunda en sal."
El proceso de
deforestación y de alteración de la composición, la estructura y la
distribución de la vegetación y la fauna asociada a ella se inició desde la
arribada de los primeros seres humanos a las islas. La larga y continua
presencia de diversos grupos humanos al contrario de lo que sucede en el resto
de las islas macaronésicas, que se pueblan después del siglo XIV d.C.,
introduce un factor de alteración del medio natural considerable, pues la
actividad humana provocó desde muy antiguo la introducción de especies
domésticas, “malas hierbas” y fauna, y la extinción de otras tantas especies
autóctonas. Se introducen especies agrícolas (trigo, cebada, guisantes, habas,
mijo y vid) y ganaderas (cabras, cerdos y ovejas).
La
vegetación y la fauna reflejan como ningún otro elemento del medio natural el
efecto de fachada y el escalonamiento vertical en pisos altitudinales producido
por el choque del flujo del alisio contra los relieves isleños. De este modo,
se reconocen con claridad diferencias entre islas en función de su altitud,
pudiéndose distinguir entre las islas bajas, en las que dominan las especies
vegetales xerófilas y mesófilas y la fauna adaptada a la aridez y a los
terrenos llanos; las islas medias, en las que destacan el monteverde, la
laurisilva y el pinar, y una fauna variada; y las islas altas, en las que
además de los pisos anteriores se desarrolla uno propio de la alta montaña. Así pues, en función de la altitud, la
exposición, las exigencias ecológicas, la composición florística y la fauna
asociada se distinguen seis grandes pisos bióticos, caracterizados por su
vegetación:

-Comunidades
litorales: en las zonas costeras de rocas o arenales, afectadas por la
influencia directa de la maresía (spray marino), y desde la línea de costa
hasta los cien metros de altitud aproximadamente, se desarrollaron comunidades
halófilas (amantes de la sal), psamófilas (sobre arenas) y saladares (en
charcas), Aquí las condiciones ecológicas se caracterizan por la elevada
salinidad del suelo, la mayor humedad ambiental y la amplia oscilación térmica
producidas por la cercanía del mar y la fuerte insolación, además de por la
acción de los vientos frecuentes. Las costas acantiladas son refugio de gran
cantidad de aves marítimas.
-Cardonal-tabaibal:
los matorrales de especies xerofíticas ocupaban las zonas costeras de clima
desértico cálido, con precipitaciones inferiores a los 100-200 milímetros y
temperatura media de 22º centígrados, por lo que su presencia natural en las
islas más occidentales era muy escasa. La fuerte insolación, que causa elevadas
temperaturas medias y débiles oscilaciones térmicas, y la acción desecante de
los vientos constantes agudizan las condiciones de aridez propias de este piso
vegetal.
-Vegetación
termófila: los bosques termófilos se desarrollaron entre el tabaibal-cardonal y
el monteverde, por lo que tuvieron un carácter ecotónico. Aquí las
precipitaciones oscilan entre 200 y 500 milímetros anuales y la temperatura
media anual entre 19º y 22º.
-Monteverde: el
monteverde, también denominado monte siempreverde, incluyó un complejo
florístico con gran cantidad de endemismos en el que se distinguen tres
subtipos principales de comunidades vegetales: la laurisilva, el fayal brezal y
el brezal. Estas comunidades vegetales se desarrollaron exclusivamente en las
fachadas del norte de las islas de altitud media y alta, en la zona de
influencia directa del mar de nubes, caracterizada por precipitaciones que
oscilan entre los 600 y 1.000 milímetros y temperaturas entre 18º y 22ºC,
aunque también se desarrolló en algunos barrancos de las fachadas de sotavento.
La laurisilva, que participa de las características ecológicas de los denominados
bosques de niebla, es un bosque pluriespecífico, con árboles que superan los 20
metros de altura, helechos, epífitos y lianas.
-Pinar: el
pinar se desarrolló sobre los 500-600 metros de altitud al Sur y los
1.300-1.500 metros en las fachadas norte de las islas más elevadas hasta los
2.000 metros, por encima del mar de nubes, en zonas de precipitación variable
(entre 300 y 1.100 milímetros). Se trata de un bosque en el que domina el Pinus
canariensis (pino canario) en el estrato arbóreo.
-Matorrales de
alta montaña: por encima de los 2.000 metros de altitud, sólo en Tenerife y La
Palma, donde se pueden registrar nevadas invernales, temperaturas extremas
(0º-40º centígrados) y precipitaciones débiles (400-500 mm), se desarrollan
matorrales de leguminosas especies han desarrollado mecanismos de adaptación a
las condiciones ecológicas extremas tales como el porte achaparrado, la
adaptación rupícola, la pilosidad para protegerse de la fuerte insolación, las
espinas, la reducción de tallos y hojas, la fuerte dispersión y la adaptación
de la savia a las bajas temperaturas mediante sustancias anticongelantes.